Nuestra forma de trabajo se orienta hacia los logros terapéuticos, los que se expresan en modificaciones concretas y profundas en la vida cotidiana de la persona. Entendiendo que la espiritualidad se manifiesta en lo más material de nuestra existencia, es decir en nuestro estilo de vida, relaciones, actividades, hábitos, proyectos, deseos, sentimientos, ideas de uno mismo, entre otros ejemplos, nuestro trabajo se despliega despejando y alineando todas las dimensiones del ser humano que atraviesan su existencia. En este sentido, abordamos las dolencias del espíritu, de las emociones, de la mente y del cuerpo que están implicadas en el desarrollo cotidiano del ser humano, y que obstaculizan la realización plena de la persona en su entorno.

Para esta labor realizamos tratamientos en los que combinamos de forma continua durante todo el proceso las plantas de la selva y la psicoterapia, herramientas que permiten el despliegue del trabajo espiritual y la comprensión de uno mismo que se requieren para realizar los cambios concretos en la vida cotidiana. Considerando los motivos que llevan a cada persona a solicitar tratamiento, ofrecemos de forma personalizada el programa más adecuado según los objetivos que quiere alcanzar y de acuerdo a lo que pueda necesitar.

Nuestra visión y forma de trabajo, busca generar un cambio profundo que potencie la sanación y toma de conciencia que ayude a la persona a reconocerse en su verdadera esencia, sacando todos los condicionamientos y patrones mentales, emocionales y de conducta heredados, que son los que producen la enfermedad e insatisfacción con su vida.

Las diversas combinaciones que se pueden realizar entre sesiones de ayahuasca, trabajos de purga, plantas de contención y psicoterapia, tienen por objetivo ampliar el marco de trabajo que cada una de estas herramientas ofrece por separado. Su combinación permite abordar con mayor profundidad y totalidad las problemáticas que aquejan a la persona. Al mismo tiempo, la combinación adecuada de estas herramientas ayuda a destrabar las dificultades que pueden acontecer de forma natural durante todo proceso terapéutico, facilitando el flujo continuo del tratamiento.

Nuestra forma de trabajo está orientada a todo tipo de desequilibrio, expresado en: depresión, ansiedad, miedos, fobias, adicciones, falta de sentido en la vida, enfermedades psicosomáticas, dolencias corporales, falta de confianza en sí mismo, timidez, dificultad en el manejo de impulsos (impulsividad y agresividad), dependencia emocional, falta de límites en las relaciones, dificultad para lograr autonomía en la propia vida, baja autoestima, entre otros, y también para cualquier persona que desee conocerse profundamente, conectarse con su maestro interno y darle un sentido espiritual a su vida.